El feminicidio apaga vidas, mata familias. Tiene como antecedentes una larga cadena de acciones de violencia, que muchas veces encuentra cómplices en el núcleo familiar, en la sociedad y en el sistema de justicia que no logra desmantelar esa estructura desigual que suscita que no se encuentren culpables, sólo silencio e impunidad.
Irinea Buendía es activista por los Derechos Humanos de las mujeres. Su búsqueda incansable por alcanzar justicia en el asesinato de su hija Mariana Lima Buendía, logró que se estableciera la obligatoriedad de la debida diligencia en casos de homicidios de mujeres, siendo estos considerados siempre como feminicidios y estableciéndose la obligación de recabar las evidencias necesarias, cuidando la escena del crimen.