Mira a estas mujeres a la cara. Sobre su piel, observarás el daño que les han hecho. Lo que comienza con simples ofensas puede escalar a amenazas, manipulación, moretones, fracturas y rostros desfigurados, culminando en feminicidio. Los gritos y golpes tienen el poder de romper huesos y sueños, destruyendo todo a su paso.